D. Agustín Prolongo Montiel
D. Agustín nació en Málaga el 26 de Julio de 1.856, falleciendo en nuestra ciudad el 4 de Abril de 1.910. En Agosto de 1.882 compró la farmacia de su tío el célebre Botánico D. Pablo Prolongo. A los pocos años de terminar la carrera ingresó en la Sociedad Malagueña de Ciencias donde desarrolló una gran actividad como micrógrafo, colaborando en gran número de investigaciones con D. Domingo Orueta, siendo la más importante de las efectuadas su estudio de la variadísima y rica fauna fósil de “Los barros Tejares”.
Como farmacéutico y debido a su gran categoría científica en la rama del Análisis Químico, la Micrografía y el Análisis Espectral, tuvo prestigio en la ciudad de Málaga, siendo querido y respetado por sus compañeros de profesión.
Colaboró con su tío Pablo en el año 1.878 en la fundación del primer Colegio de Farmacéuticos malagueño, llegando con el tiempo a ser Presidente del mismo, datos sin confirmar creen que desde el año 1.885.
El 12 de abril de 1.898, la Reina Regente del Reino en nombre de su augusto hijo el Rey Don Alfonso XIII, dictó un Real Decreto de Colegiación Obligatoria Para Poder Ejercer La Profesión De Médico Y Farmacéutico En España.
El antiguo Colegio de Farmacéuticos de Málaga, bajo la presidencia de D. Agustín Prolongo fue uno de los primeros de España en crear el nuevo Colegio ya Obligatorio Por Decreto.
Así en las elecciones celebradas los días 16,17,18 y 19 de Agosto de 1.898, quedó constituida la nueva Junta Directiva con la siguiente composición:
Presidente.- D. Agustín Prolongo Montiel.
Vocal primero.- D. Félix Pérez Souviron.
Vocal segundo.- D. Emilio García Vázquez.
Vocal tercero.- D. Adolfo de la Blanca y Pérez.
Vocal cuarto.- D. José Soto Pérez.
Vocal quinto.- D. Antonio Aragoncillo González.
Secretario.- D. Manuel García Gerrero.
Contador.- D. Juan Bautista Canales y Billere.
Tesorero.- D. Mateo González Marfil.
Finalmente diremos, que D. Agustín desde su cargo de Presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos, fue siempre el lazo de unión de todos sus compañeros profesionales, cuyos intereses defendió siempre con gallardía y lealtad jamás discutida. Con gran sentimiento hubieron de aceptar la renuncia que hizo del cargo en el año 1.906, atendiendo a la escasa salud de sus últimos años, que fue agravándose paulatinamente hasta morir el día 4 de abril de 1.910, hecho que fue muy sentido por todas las clases sociales malagueñas.