Más de un centenar de personas asistieron el pasado jueves, 13 de octubre, a la Sesión Científica ‘Avances científicos de defensa química biológica’ organizada por la Academia Iberoamericana de Farmacia en colaboración el Colegio de Farmacéuticos de Málaga, el Ministerio de Defensa y la Junta de Andalucía.
El acto se celebró en la Residencia Militar Castañón de Mena en Málaga capital y entre los asistentes se encontraban números representantes militares, de la Academia de las Ciencias, así como farmacéuticos y miembros de la Junta de Gobierno del Colegio de Farmacéuticos de Málaga con su presidente, Francisco Florido.
Tras la bienvenida del Coronel Director de la Residencia Castañón de Mena, Juan Ramón Rodríguez, y una breve inauguración, el catedrático de Microbiología de la Universidad de Granada y Académico de Número de la Academia Iberoamericana de Farmacia, Alfonso Ruiz-Bravo López, contextualizó la situación de las infecciones emergentes en su ponencia ‘Presente y futuro de las enfermedades emergentes’.
La gripe aviar, el virus zika, la difteria, las cepas multiresistentes a los antibióticos, los coronavirus… son algunos de los conceptos que señaló en su intervención. Además advirtió que el uso de microorganismos como armas biológicas no es tan sencillo como a priori puede parecer ya que debe ser muy contagioso, tener altos índices de mortalidad, una reproducción sencilla, bajos costes de producción y ser muy contagiosos. Pese a todo, en este contexto, se pueden diferenciar en tres clases en función de peligrosidad.
Además, se debe tener en cuenta que los países se han comprometido a no usar este tipo de armas, sin embargo, los grupos terroristas no tienen ningún tipo de compromiso en este sentido. Por ello, destaca la importancia de evaluar y gestionar los riesgos, gestionar el riesgo, lo que supone, entre otras cuestiones, tener planes de entrenamiento del personal sanitario.
En segundo lugar intervino el Teniente Coronel, jefe del Departamento de Defensa Química de la Escuela Militar de Defensa NBQ, René Pita Pita. Su intervención, titulada ‘Evolución de la amenaza de las armas químicas’ trazó un recorrido histórico por el uso de estas armas que, a nivel militar, se remontan a la I Guerra Mundial en la Batalla de Ypress, aunque antes ya había evidencias de uso de elementos químicos en distintas batallas a lo largo de la historia.
Primero fue el cloro, después se incorporó el gas mostaza, y le siguió en sucesivas décadas el tabún, sarín, somán, VX o el BZ. Sus aplicaciones más recientes nos lleva a la guerra Irak-Irán en los ’80, a los atentados del metro de Tokio, a ataques terroristas en Irak 2006 y 2007 y, en la actualidad, a la guerra de Siria.