Don José Mª García Galdeano, Vocal de Alimentación del ICOFMA-CACOF, informa sobre el brote de listeriosis por consumo de carne mechada detectado recientemente en la Comunidad Autónoma de Andalucía, aclarando lo siguiente:
 
  • La responsable de dicho brote es una bacteria denominada Listeria monocytogenes. 
  • La incidencia media es de 3 casos/1000000 de habitantes. Es una enfermedad que puede ser habitual pero los brotes son excepcionales. Se ha identificado el origen de este brote en la empresa sevillana Magrudis, fabricante de la carne mechada “La Mechá”, que paralizó su producción el 15 de agosto, nada más decretarse la alerta sanitaria. Los brotes de listeriosis pueden ocurrir porque el alimento proceda de un animal infectado por la bacteria, porque en la cadena de envasado un alimento pueda estar contaminado por otro o bien porque a la hora de la manipulación se haya podido contaminar. 
  • Esta bacteria puede ser aislada de diversos ambientes como suelo, agua fresca, aguas residuales y vegetación y puede llegar a infectar numerosos animales domésticos contaminando la vegetación y el suelo donde habitan. 
  • Es un contaminante frecuente de los productos alimentarios, ya que es capaz de generar biopelículas en alimentos que se encuentren en refrigeración. Esto es debido a su capacidad de crecer hasta a 4 °C y en altas concentraciones de actividad de agua. 
Los alimentos implicados son:
A. Alimentos refrigerados: L. monocytogenes se multiplica de forma rápida durante el almacenamiento de los alimentos a una temperatura de refrigeración.
B. Alimentos listos para consumir a base de carne de res, pollo o pescado.
C. Leche cruda.
D. Quesos blandos.
E. Verduras con un excesivo almacenamiento en origen.
F. Productos en conserva o ahumados. 

Se debe tener especial precaución con salchichas, fiambres, embutidos, ensaladas de cuarta gama, pescados ahumados, quesos blandos (Brie, Camembert, etc.), queso blanco y quesos con venas azules.

 
El límite máximo permitido en alimentos listos para su consumo es de 100 UFC/g de L. monocytogenes para cada producto a lo largo de su vida útil (Reglamento (CE) n o 2073/2005 de la Comisión, de 15 de noviembre de 2005, relativo a los criterios microbiológicos aplicables a los productos alimenticios). En alimentos para lactantes debe haber ausencia/25 g. 
 
Se recomienda:
A. Evitar el almacenamiento prolongado, incluso en refrigeración, de vegetales.
B. Limpiar y desinfectar las superficies de uso y los utensilios en contacto con alimentos crudos.
C. Mantener una cuidadosa higiene del frigorífico.
D. Asegurar una correcta cocción de los alimentos. 

Las medidas preventivas para reducir el riesgo de listeriosis son las siguientes:
A. Utilizar alimentos precocinados y las comidas listas para consumir lo antes posible (vigilar la fecha de caducidad).
B. Evitar consumir la leche y los productos lácteos sin pasteurizar.
C. Calentar los alimentos listos para consumir y las sobras hasta la salida de vapor.
D. Lavar las frutas frescas y las verduras.
E. Evitar las carnes, pescados y mariscos ahumados con mucho tiempo en las cámaras refrigeradoras.
F. Someter semanalmente las neveras y cámaras frigoríficas a programas de limpieza y desinfección. 

No se transmite de persona a persona (sólo al ingerir un alimento contaminado). 
 
A veces pasa de forma inadvertida o con algún síntoma menor, como diarrea, gastroenteritis y fiebre. Sin embargo, puede producir síntomas graves como meningitis en fetos y bebés, secuelas neurológicas e, incluso, la muerte (se ha producido la muerte de una anciana de 90 años en Sevilla por esta enfermedad). 
 
Los grupos de riesgo son:
A. Pacientes inmunodeprimidos.
B. Pacientes con enfermedades crónicas.
C. Mujeres embarazadas (con riesgo para el feto): En este caso suele diagnosticarse de forma tardía, produciéndose un cuadro muy grave denominado granulomatosis infantisepticum, llegando a provocar abortos.
D. Personas mayores de 65 años. 

El tratamiento se lleva a cabo con antibióticos vía oral (no es resistente). La infección y su tratamiento puede durar entre 5 y 7 días en casos leves, mientras que en casos graves el tratamiento debe prolongarse más tiempo.